30.11.13

Robert Bringhurst


ensayo sobre adán



Hay cinco posibilidades. Una: Adán cayó.
Dos: lo empujaron. Tres: saltó. Cuatro:
con apenas mirar al precipicio se sumió en el silencio.
Cinco: a Adán no le pasó nada digno de mención.

La primera, que cayó, es demasiado simplista. La cuarta,
el miedo, la hemos descartado tras someterla a examen. La quinta,
que no le pasó nada, no tiene gracia. La elección es entre:
saltó o lo empujaron. Y la diferencia entre ambas

es sólo una cuestión de si los demonios
trabajan de adentro hacia afuera o de afuera
hacia adentro: la pregunta
teológica fundamental.


la belleza de las armas (2013)

versión Marta del Pozo y Aníbal Cristobo.




Robert Bringhurst


el pez que vivió para contarlo



Una vez hubo un solo pez. No tenía ningún
recuerdo. Murió pronto.

Después hubo dos peces. Se peleaban. Se les llegó
a dar muy bien.

En otra instancia, tres peces. Tres peces
bastaban: podían nadar en círculos en el agua.
Se comieron entre ellos.

Cuatro peces. Primero se pelearon, después
mantuvieron dos luchas simultáneas, después una pelea
circense. Uno de ellos abandonó a tiempo,
quedando tres. Así es como de vez en cuando los mansos
heredan el territorio (el pozo de los deseos, en este caso)
por un momento. Entonces comienzan a soñar. Son
mansos; han visto el combate.



la belleza de las armas (2013)

versión  Marta del Pozo y Aníbal Cristobo.