Ojo
de pez
(fragmentos)
No hay en el itinerario de la
luz,
dificultad o ausencia
especial,
espíritus privilegiados
que pueden agitarse,
de antemano no hay
elementos velados,
especificaciones mecánicas.
Hasta el acto de ver,
difícil de sugerir,
la estación carece de
incrustaciones,
de objeto dispuesto
sobre fondo difuso.
II
Comenzar por lo simple
por el agua limpia de anzuelos
para arribar en lo complejo
a esa sensación
difícil de transmitir sin
fisura
en la que uno frunce el ceño
porque siente que no está
en ninguna parte.
IV
En principio no hay
estrías en la conchilla
ni arrugas en el cielo
ni preparativo
que pueda alambicar
la conexión precaria que la
mente
inicia con las cosas.
Así siempre se esta
recomenzando
y no hay
ruina ni naturalista que
puedan
negar que cuando
uno baja la mirada
el sentimiento del otoño nace
del piso.
Carlos
Martín Eguía
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