Hermanos
Teníamos once y doce años entonces
él era mi única compañía.
Pasábamos las tardes de calor
en la copa del árbol
descansando entre maderas
que un día pusimos,
clavo a clavo
hasta armar una casa
con living y dormitorio.
Cocinábamos pan
en un horno de barro
contra la pared del vecino.
Crecimos mirando la luna entre las chapas
donde nos escondíamos
a esperar que todo pase.
El siguió jugando
a los mismos juegos,
los mismos ladrillos
sobre los mismos ladrillos
el mismo barro
sobre la misma tristeza.
Acá
sigue la misma desamparada situación
pero ya no hay a quién decirle
¿viste cómo se mueve la luna?
va para allá, se está alejando
se aleja cada vez más
La soledad era una roca cayendo lentamente (2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario