13.2.11

Pierre Alferi


domicilio y territorio de los peces
(fragmentos)



Primera habitación. Los muebles, los objetos se disponen 
en orden de importancia alrededor, sin embargo
sus preocupaciones aumentan.
 

¿Dónde estás? Es hora de levantarse y volver 
a casa. Las paredes son amarillas y la madera es azul, 
las cortinas tienen un pliegue inquietante. Acá estoy 
sin hablar, un lado se pega al suelo, una calcomanía. El cuerpo 
se extiende a las seis paredes, en casa 
o no, no sabe. Está exactamente acá -- empieza 
despojándose, con un cambio – lo puede imaginar. 
La habitación de mi infancia es ahora uno de los archivos de mi padre. 
Una pintura abstracta en la puerta, en tonos pastel, 
canciones de cuna checas, una mano en la oreja,
y el sueño hinchado como una funda de almohada, persiguiendo
a ciegas

ideas por los rincones. Estoy hablando de una sombra no física 
y un eco. Un desprendimiento, una adherencia, algo del todo distinto 
a ser huésped, a simplemente ser. Esta habitación también, 
esta burbuja que no contiene nada, aire.
Además del papel de la pared y los títeres de sombra,
además de una cama fantasma debajo de la mía,
no recuerdo nada. Esta es la única versión habitable
de un cuerpo: dado vuelta como un guante.
Un lugar donde somos felices, un lugar agradable,
es todo lo que quiero encontrar.
Es claro, incluso acá, algo queda,
algo que ya no pertenece al niño, algo que los padres
nunca consiguen heredar. Para vivir, pero de un modo pasivo,
como en voz media, sin sujeto ni objeto.
Una habitación, cuando no es propia,
de la misma manera que una idea. El primer acto
es perderse, dejar los lugares así como están.
Quiero decir una especie de idea de habitación,
La idea de entrar.




Le Chemin familier du poisson combatif (1992)
versión patricio grinberg




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