1.10.11

Lyn Hejinian



Mientras nosotros que “amamos para estar perplejos”

Fragmento



Fue en presente por un tiempo, y no tan nuevo como habíamos imaginado, siempre en presente después de la guerra. Se me hizo cada vez más difícil compartir mi tiempo. El amarillo de esa habitación triste, de nuevo, el amarillo de la siesta, donde ella esperaba, inquieta, desconfiada, por más días. Se le puede decir agua y perros. El sentido aparece para dos, se organiza desde de ahí. Pero alguien puede imaginar a un loco enamorado. Basta, terminemos con que era bueno. Hubo una pausa, una rosa, algo en papel. Me pueden evitar, pero no me van a detener. Porque el deseo es siempre penoso. En la playa, apenas sonrojada. El chico mira hacia fuera. A la distancia, el sol es pequeño. No hubo una sola navidad correcta desde que se murió. Esa tormenta de nieve que dejó a la ciudad de rodillas. Yo soy un extraña para la chica que fui, y más - más extraña. Pero muchos detalles sobre la vida tienen que quedar afuera, se reemplazan con facilidad. Uno se sienta en un espacio partido. El esquema produce un parecido superficial, entre pequeños silencios de color blanco. Los árboles capturan la humedad de lo que parece una noche seca. Las reflexiones no dan sombra, son sombras, y las hacen. Para entender la naturaleza del choque, hay que saber algo de la naturaleza de los movimientos implicados -es decir, una historia. Él me miró y me sonrió y no desvió la mirada, y así nuestra amistad se convirtió en algo erótico. La suerte se había librado de su trébol.



My life (1980)

version patricio grinberg




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