30.8.12

Lydia Davis



Mejorando


Volví a sopapearlo porque estando a upa mío me arrancó los anteojos y los lanzó a la reja del pasillo. Pero no me lo habría hecho si no hubiera estado ya tan enojada. Después de eso lo llevé a dormir.
Abajo, me senté en el sofá a comer y leer una revista. Me quedé ahí dormida una hora. Me desperté con migas en el pecho. Cuando entré al baño, no pude mirarme al espejo. Lavé los platos y volví a sentarme en el living. Antes de irme a dormir me dije que las cosas estaban mejorando. Era verdad: ese día había sido mejor que el día anterior, y el día anterior había sido mejor que casi toda la semana anterior, aunque no mucho mejor.



Cosas perdidas


Están perdidas, pero también no perdidas sino en algún lugar del mundo. La mayoría son pequeñas, aunque dos son más grandes, una un saco y una un perro. De las cosas pequeñas, una es un anillo valioso, una un botón valioso. Están perdidos respecto a mí y al lugar donde estoy, pero al mismo tiempo no desaparecieron. Están en algún otro lado, y están allí para algún otro, tal vez. Pero si no está allí para algún otro, el anillo, de todas maneras, no está perdido para sí mismo sino que sigue allí, sólo que no donde estoy yo, y el botón, también, allí, sólo que no donde estoy yo.



The Collected Stories of Lydia Davis (2009)
versión Laura Wittner


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