


El funeral de la muñeca
Hay muchas maneras
en que una barbie puede
morir: las piernas masticadas, roto
el cuello, el pelo cortado
de raíz. Está
belleza falleció porque su
dueño le dejó
puestos sus aros
de perlas:
guardada en la oscuridad
por veinticinco años,
el metal sobre la goma
hasta dejar la mitad
de su cara verde –bruja mala
de perfil-
síndrome de oreja verde.
Y no es justo
que tenga que morir.
Esta es la chica que provocó
el resentimiento de mi amiga varonera,
la rivalidad de mi hermana, los celos
de mi mejor amigo. Esta
es la encantadora responsable
de inspirar el dolor –eterno,
inevitable- de ese chico
introvertido. Esta es la
hermosura que compré
en una tienda de muñecas,
el día en que mi madre
murió. Aunque había
preparado la casa de muñecas,
la había vestido y acomodado,
sabía que no
la tendría por mucho. La vendí
en ebay, ahora está en
alguna parte, perdida
en el mundo, la muerte
puesta en su mirada,
sobre sus labios rojos.
The Late Show (2007)
versión patricio grinberg
Hockney: pileta azul
Los Angeles,
California:
una tarde de verano.
Un chico toma sol
sobre una toalla amarilla
junto a la pileta;
otro está parado
en la punta
del trampolín,
mirando hacia abajo.
Las palmeras se balancean
en el agua azul.
Por encima, algunas
nubes flotando.
A la derecha,
los regadores rocían
suavemente
el pasto. El que tomaba sol
se quita su traje de baño
rojo y blanco a rayas
y rueda, y el otro
chico se tira en
la pileta. El artista
saca una foto
del agua que salpica
Answer Song (1994)
versión patricio grinberg
Maromo Phair en el Caracas Hilton
del instante hacia delante
hacia todo o ningún lugar
el más allá de la revistas apareciendo de pronto la hoja irrumpiendo
dejando atrás
el todo que lo asiste, de donde acude. Algo así.
Del instante desde ahora hacia lo que está delante,
reposo en el aire tendiente a, y no, a propósito
hoja de revista extendida en salto,
vuelcos que sacuden,
raptos, contra de,
y vuelto a arrojarse de espaldas
en el agua lenta del trópico.
Amarillas Peras (2003)
el mal anfitrion
1.
Demasiado,
entender de modo exacto
ocurrencias del mundo alrededor,
lo fugaz, trivial, de la mente del otro
lo grave fugaz,
la escena armándose en despacioso despliegue
de un antes y un después,
un área frágil
donde el cuerpo es llevado y hablando se mueve
entre objetos como lámparas, sillas, tazas de café
dejadas sobre la mesa.
2.
Articulados los instantes, rápidos
yendo como va un papel arrojado lejos
desde la ventana de un automóvil.
3.
Ocasionalmente
pasa. El otro se acerca de modo imprevisto
pero luego siempre
mira cómodo sus zapatos en silencio
cambia las palabras de su conversación
y ya se aleja.
4.
Entonces nada, habitualmente,
la escena armándose,
el papel abierto con curiosidad por alguien en la calle
y nuevamente café, en las manos ahora
una cuchara, y el otro que ya ha tomado su azúcar
y extiende su brazo alcanzándola.
5.
Aparente
el modo en que realmente sucede. No definida,
azarosa,
la sospecha de que la consideración es común,
se presenta
no dada a comentarios.
Amarillas Peras (2003)
Recuerdo
(fragmentos)
Recuerdo uno de mis primeros recuerdos de una nena más grande que yo en una tienda de dulces. El hombre le preguntó que quería y ella eligió muchas cosas. Cuando le pregunto por el dinero ella dijo “No, no tengo nada. Usted me preguntó que quería y yo le respondí”. Esto me impresionó profundamente
Recuerdo la cantidad de revistas que tenía que comprar para poder comprar una revista de fisiculturistas.
Recuerdo una pera de goma roja que cada tanto aparecía en el baño, y no saber lo que era, pero saber lo suficiente como para no preguntar.
Recuerdo a un chico que me dijo que era más divertido hacer pis juntos que por separado, y así lo hicimos, y tenía razón.
Recuerdo a un gordo que vendía seguros. Un día caluroso de verano fuimos a visitarlo y tenía pantalones cortos y cuando se sentaba una de sus bolas le colgaba afuera.
Recuerdo que era difícil mirar y difícil dejar de mirar también.
versión patricio grinberg
Recuerdo
(fragmentos)
Recuerdo cuando, en la secundaria, rellenaba con una media mi ropa interior.
Recuerdo que la profesora de bridge de mi padres. Era muy gorda y muy machona (pelo corto) y fumaba todo el tiempo. Se jactaba de que no tenía que llevar fósforos. Encendía un cigarrillo con el otro. Vivía en una casita atrás de un restaurante y vivió hasta muy vieja.
Recuerdo que un chico me dijo que esas hojas parecidas a tréboles que comíamos (con pequeñas flores amarillas) estaban amargas porque los perros las habían meado. Recuerdo que no dejé de comerlas.
Recuerdo cuando pensé que si hacías algo mal, los policías te metían en la cárcel.
Recuerdo a Dorothy Collins.
Recuerdo los dientes Dorothy Collins.
I Remember (1995)
versión patricio grinberg