31.7.11

Emmanuel Hocquard

BRECKELE


Voy a decir por qué no me gustan las cebollas.

Las cebollas reflejan mi primer encuentro con el abuso de poder, con una de los primeros intentos de destruir mi alegría de vivir. Vivíamos en la calle de Dante, en Tánger. El departamento miraba hacia la calle. La cocina al este. Debajo de la ventana de la cocina había una mesa. Fue sobre esta mesa que mi abuela me hacia tomar, cada mañana, mi pequeño desayuno, enfrentado al sol, sin preocuparse por mis ojos que siempre fueron muy sensibles. Cada mañana mi abuela ponía delante de mí una taza de leche caliente en la que vertía el breckele.

Breckele es una especialidad gastronómica de Alsacia. Para preparar breckele, tome una tajada de pan negro. Una rebanada grande, lo suficientemente gruesa como para untar con manteca levemente rancia. Deje la rebanada de pan untada con manteca sobre una tabla. Tome su cuchillo grande, corte el pan untado con manteca en cubos. Viértalos en la taza de leche hirviendo. Servido.

Hasta acá, todo (casi) iba bien. Mala suerte para mí, las cosas se arruinan rápidamente. Todas las mañanas, el día empezaba con el espectáculo repugnante de los cubos de pan untados con manteca que se hundían hinchados en el líquido caliente, mientras que las manchas amarillas de la manteca derretida flotaban en la superficie de la leche. Pero lo peor estaba todavía por venir: tenía que tragar esto hasta el fondo antes de poder dejar la mesa. Ahora, el breckele tiene el mismo gusto que las cebollas. Cada mañana el breckele tenía el mismo gusto a cebollas crudas, porque el cuchillo o la tabla de cortar (o los dos), habían sido usados la noche anterior, o esa misma mañana, para picar cebollas.

Breckele es la palabra para decir: niño-siendo cegado por el sol, muy caliente y transpirado, mirando las manchas de manteca que flotan en la superficie de una taza de leche muy caliente, sintiendo su cara cubierta por una película grasienta, tragando el pan esponjoso con gusto a cebolla cruda. Sintiéndose desgraciado. El breckele es elegiable (V. esa palabra ).


Cette histoire est la mienne
Petit dictionnaire autobiographique de l’élégie, Notes, 1997
versión patricio grinberg


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