21.11.10

Carlos Riccardo




Mexico City
(Fragmentos)

tocas la puerta, con los nudillos, dos o tres veces, pero ella no contesta. Está en un rincón, descalza, encogida sobre las baldosas azules. Tiene las piernas flexionadas de tal forma que al rodearlas con los brazos, a la altura de las rodillas, las manos quedan libres para esconder en ellas la cara.
Una historia del encuentro permanecería en la superficie de lo extraño, marcaría encrucijadas, desplazamientos por un mapa desierto hasta el declive final en algún oscuro rincón de la casa.
Insolubles, ante mí se abrían diecisiete sílabas de espacio entre el punto donde la realidad me encontraba y la silla junto a la ventana, único lugar inteligible, por donde se filtraban, armónicas y espaciadas, las luces rojas y naranjas de la ciudad
Fugazmente percibí que ella corría refugiarse en el baño. La ducha seguía abierta. Pensé que sólo me atacaría después de bañarse pero estaba equivocado: en ese instante se abalanzaba sobre mí con una tijera.

Mexico City (1990)


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