1.12.11

Aníbal Cristobo


RECONSTRUCCIÓN DEL YAK



Más adelante se habla de un día incierto en que el granjero se dijo que la vida había sido buena
con él; y aquello tiene lugar mientras él
se sobrepone a la belleza del paisaje: y después hay una nota irreal
sobre el comportamiento de los animales y una mención críptica al rastrillo
y la azada, oculta
entre las referencias al perrito que vivía en los hombros del sujeto
y la muerte de Kennedy. Un acuerdo estilístico
disuelve las arbitrariedades de ese temperamento, permite
que los adjetivos de la extrañeza marquen el rumbo, lo dirijan
al yak, que delira de fiebre atado a un árbol.
Entonces comprendemos que existe una historia, y que el granjero
se mueve lentamente por ella, hasta alcanzar un recuerdo en que el yak está
mordiéndole la mano.

Uno se pregunta cuándo intervendrá su mujer, cuando ella le pide que se calme.
Le sugiere alimentos para el yak, comidas calóricamente diversas, avena, eman’ems.
En el fondo sabemos que el granjero va a morir y que el yak heredará su casa
y a su mujer. Pero el final es bueno, porque estás pasando
a toda velocidad por la carretera y lo ves
en la parte más alta de la granja, mientras te alejas
imaginando que lo que oíste fueron sus chillidos.-


Mi vida como bacteria (2012)



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