13.6.12

Aníbal Cristobo





AS SEEN ON TV (versión censurada)


La próxima vez no estarás en Rímini, despreocupadamente
al sol, tumbada en una reposera de lona,
tanteando con la mano derecha el mojito, el brazo
untado de protector solar, el bolso
con los sucesivos retratos de Marilyn, a
contraluz, cegada por el mediodía adriático y los reflectores

tra il cui publico
vediamo alcune delle donne più belle
dell'Italia

doblada
al castellano desde Miami y subtitulada en vivo
en la pantalla de mi incredulidad:


"..."


La próxima yo tampoco estoy
en Madrid, tumbado en un cuarto de hotel
a punto de dormirme
-hipnotizado por la proyección de los ciruelos
en el techo, y el motor del frigobar

bajo la forma de una botella de 200 cl. de
jugo de durazno
cambiando los canales,

en los que se mezclaban un estudio anatómico de las
mangostas, los testimonios
de quienes conocieron al mecánico abducido en Atlanta, la concentración
del equipo Esloveno de Frisbee a punto de lanzar:

contra el espectáculo del mar en Rímini

contra el espectáculo de tu mano derecha buscando a ciegas en la playa.

Con una tipografía de catástrofe
comienzan a imprimirse los créditos de mi incredulidad:


"¡!"



La próxima no es Rímini, sino el Slottsparken
de Oslo, con la comicidad
estática del vestido estampado

-campesinas y caballitos y flores
hechos de líneas rectas-

a punto de perder el control
y caer en un pequeño arroyo detrás del Olvpavillion: son
unos pocos frames, es un detalle
casi imperceptible -un primer plano
hecho de corbatas y gafas y bigotes
donde se destaca el brevísimo efecto
de perspectiva

que te hace perderte. Sin embargo
no hay risas, ni estoy
en un cuarto de hotel, la próxima
puede ser que te vea en TV, justo después
del café, más lejos, hacia las periferias
del sentido; más rápido
hacia la vibración emitida en el aire por el temblor de las huellas dactilares
ya mismo, e incluso antes
del primer balbuceo de la incredulidad


"¿?'"








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